VOCACIONES

Una vida de servicio

A mediados del siglo XVII, Pedro de San José de Betancur fundó la Orden de los Betlemitas en Guatemala, la cual fue reconocida por Roma y elevada a orden religiosa hospitalaria en 1687, veinte años después de la muerte de su fundador.
Se dice que el hermano Pedro de San José de Betancur sufrió un grave enfermedad y, durante su estancia en diversos hospitales, se percató de la carencia de trato humanitario a los enfermos, por lo que consagró su vida a establecer lugares donde este tipo de personas pudieran sanar o, al menos, bien morir.

La destacada labor de los Betlemitas orientada a la educación, al cuidado de los enfermos y a la ayuda de los desahuciados, les dio notoriedad en Guatemala, por lo que pronto comenzaron a extender sus obras a otras áreas de la Nueva España, el Virreinato del Perú y México.

Somos hombres que aspiramos a encarnar los sentimientos misericordiosos de Cristo haciéndonos pobres entre los pobres, para los más pobres.

Para un buen discípulo del Niño de Belén, lo importante no es recoger para sí, sino dar y sembrar para los demás

¿Te gustaría seguir los pasos del Santo Hermano Pedro, y consagrar tu vida a los demás?
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Misión
Es ocuparnos muy diligentemente en el ejercicio de las obras de caridad y misericordia espirituales y corporales. (Constituciones Art. 2).

En la asistencia social, promocionamos cuanto podemos con lo que somos y con lo que tenemos, en toda asistencia con niños, ancianos y jóvenes, rescatando valores perdidos entre la juventud y estudiantes pobres. (Art. 52)

Nuestro Origen y Carisma
El que ha entendido el Misterio de Belén, no buscará ya su propia felicidad: buscará ante todo el bien de sus hermanos. Como lo hizo el Santo Hermano Pedro.
Del Misterio de Belén emanan dos vertientes: Hospitalidad y Educación.

«Se necesitan de los que se comprometen, sin condiciones, de los que aman con obras, no de palabras».